EL MISTERIO DE LAS CALAVERAS DE CRISTAL MAYA
LOS MAYAS Y SUS SECRETOS
Corría 1924. El explorador inglés
Frederick A. Mitchell-Hedges, acompañado de su hija adoptiva Anna, y de otros
personajes que representaban el Museo Británico, iniciaba sus excavaciones en
una zona conocida como “Punta Gorda”, en Belice, las antiguas Honduras
británicas. Allí, en medio de la jungla, descubrieron una gran plaza de piedra,
pirámides ?como es de suponer cubiertas de vegetación? y cámaras subterráneas.
De cara a todo esto, los exploradores decidieron bautizar el complejo
arquitectónico con el nombre de “Lubaantún”, que significaría algo así como:
“Ciudad de las Piedras Caídas”. Se trataba de un antiguo yacimiento maya.
Mitchell-Edges, por alguna razón,
estaba convencido de que aquellas ruinas tenían conexión con la Atlántida de
Platón. Pensaba que en ellas hallaría algo que confirmase sus sospechas sobre
la existencia de civilizaciones más avanzadas de lo que estimamos en un pasado
muy remoto, y que desaparecieron por el mal uso del conocimiento que adquirieron.
Y, como si se tratase de una respuesta del destino, el explorador hallaría su
“confirmación”.
Durante las excavaciones ?cuenta
su hija adoptiva Anna? el equipo de exploración había observado un destello,
“algo que brillaba” entre las piedras. Los hombres de Mitchell-Edges,
excitados, intentaron despejar el lugar ?que daba a un túnel a manera de
chimenea? para ver de qué se trataba; no obstante a ello, el espacio era muy
reducido para que uno de los hombres ingresara en él, así que no quedó otra alternativa
que bajar a la pequeña Anna con una soga, al interior mismo de esta cavidad
subterránea, y ver qué brillaba en medio de los escombros.
Cuando Anna salió sin dificultad
del pozo, sosteniendo en sus manos una calavera de cristal de roca a tamaño
natural, el grupo de exploradores pensaba que estaba siendo víctima de un
espejismo. Pero era real. Aquello estaba allí.
El “Cráneo del Destino” ?como
actualmente se le conoce a esta extraña pieza arqueológica?, es una verdadera
joya de casi cinco kilos de peso, esculpida en una sola pieza de cuarzo. Para
tener una idea cercana a este enigma, recordemos que en la escala de Mohs de
dureza de los minerales, el cuarzo alcanza un valor de siete sobre diez. Ello
nos dice que sólo el diamante es capaz de cortarlo con precisión… Lo
incomprensible está en que el cráneo maya, además de estar construido en una
sola pieza ?exceptuando la mandíbula que es móvil? no muestra un solo
arañazo o marca que sugiera un “trabajo artesanal”…
Para coronar el misterio, en 1970
la compañía Hewlett-Packard sometió al cráneo de cristal a una serie de
análisis, concluyendo que se necesitaban al menos trescientos años de trabajos
manuales coordinados, actuando sobre la piedra por erosión de su superficie.
¿Es que emplearon todo ese tiempo para hacerlo? ¿O utilizaron una técnica
desconocida? ¿Fueron los mayas sus verdaderos creadores? Como fuere, parece que
el enigma que encierra este objeto inspiró la reciente película de Indiana
Jones, aunque con dos importantes variantes: el cráneo de cristal sería hallado
en Perú, y estaba conectado a una entidad extraterrestre.
LA PELICULA DE INDIANA JOHNS Y LA CALAVERA DE CRISTAL
Cuando uno contempla la pieza
hallada por Anna en aquellas ruinas mayas (en presencia del representante del
Museo Británico, el Capitán Joyce) no puede evitar preguntarse cuál fue el
propósito de este cráneo de cristal en aquella época. ¿Fue hecho por los mayas
o se trata de una heredad de una civilización anterior? Y es que el enigma no
sólo involucraba el objeto en sí y su excelente acabado, sino sus presuntas
capacidades sobrenaturales.
Por ejemplo, algunos
investigadores, al observar en las cuencas de los ojos del cráneo ?algo que
también ocurrirá en la película? sentían una paz profunda y entraban en una
especie de trance, como si estuvieran siendo hipnotizados. Otros, vieron
sorprendidos imágenes de ciudades mayas, entre ellas, inclusive, identificaron
el observatorio de Chichén Itzá, pero completo, como si la imagen estuviese
conectada con algún momento del pasado. ¿Era el cráneo un oráculo? ¿Podía ver a
través del tiempo?
Para pensar un poco más, no es el
único cráneo de cristal que se ha encontrado. Hay un verdadero ejército de
objetos que han sido hallados en diversas partes del mundo, aunque, debo decir,
no todos poseen la misma perfección que muestra el objeto original hallado en
Centroamérica. No obstante, existe una profecía indígena que asegura que cuando
se hallen y se junten los 13 cráneos de cristal que fueron enterrados por los
antiguos en diversos puntos del planeta, algo extraordinario sucederá en el
mundo.
Supuestamente, ese mágico
acontecimiento está conectado con la profecía del 2012 y el “renacimiento” de
la Tierra. Y me atrevería a decir que aquellos cráneos de cristal podrían estar
conectados con las fuerzas que animan a los 13 discos solares. Tal como hemos
explicado en anteriores artículos, existe una red de discos de poder repartida
en el mundo, desde Mount Shasta hasta la península antártica. Son 12 discos más
uno que los enlaza, transformándolos en la “Red del Tiempo”, un sistema de
estabilización de energía planetaria que será accionado en el año 2012. Una vez
más, el número 13 y la fecha de la profecía maya que alude a un gran
cambio.
En la reciente película de
Indiana Jones, luego de toda una odisea, el cráneo de cristal es devuelto al
cuerpo del cual había sido separado. La sorpresa es que pertenecía a una figura
humanoide, una entidad extraterrestre que se hallaba sentada con otros 12 seres
de similar apariencia, también de cristal, aunque todos ellos se hallaban
completos. Recuerda el “sacerdocio mágico de los mayas”, que debía estar
compuesto por 1 maestro y 12 discípulos, como ocurrió 2000 años atrás con Jesús
y sus apóstoles.
Volviendo al film, finalmente, al
ser depositado el cráneo en su lugar original, los 13 seres se juntarán en una
sola figura, llegando así el desenlace de la aventura, en donde una gran nave,
oculta bajo las mismísimas construcciones de apariencia maya, despierta y
regresa al espacio.
Todo parece fruto de la
casualidad, pero lo cierto es que existen varios elementos de esta parte de la
película que relacionan información que ha fluido en el contactismo y en las
profecías. Tan sugerentes fueron esos detalles, que por un momento nos hizo
olvidar las imprecisiones sobre la expedición de Orellana, el episodio de las
líneas de Nazca y la absurda tormenta en esa zona que es árida hace siglos, así
como la vestimenta, también absurda, de los peruanos en la costa como si
estuvieran en la sierra; y peor aún la música que sonaba a México y no
tenía conexión alguna con el escenario sudamericano que el film procuró crear.
Como fuere, perdoné casi todo cuando, al final, Indiana Jones sostenía que el verdadero tesoro era el conocimiento.
ARTEFACTOS IMPOSIBLES
Más allá de cualquier
interpretación sobre este asunto, lo cierto es que el hallazgo de 1924 fue
auténtico. Aquel cráneo de cristal existe, aunque actualmente se ignora donde
está siendo custodiado.
También se debe subrayar que los
cráneos de cristal no han sido los únicos descubrimientos relacionados a una
supuesta civilización extinguida que aplicó sus conocimientos en los cristales
de roca. Por ejemplo, en 1968, el Dr. Ray Brown, durante una inmersión en las
cercanías de las islas Bimini y Andros (Océano Atlántico) encontró sorprendido
una pirámide sumergida de aspecto maya. Desde luego, Brown no se contentó con
sólo ver la pirámide. Temerariamente buceó hacia la cima trunca de la
misteriosa construcción, en donde halló una suerte de templete, y allí, encontró
una sala con siete sillas, y en el centro de la habitación, un soporte de
piedra con dos manos metálicas que sostenían una pequeña esfera vítrea. El Dr.
Brown se llevó consigo la enigmática esfera, y al ser ésta sometida a un
riguroso análisis, se determinó que estaba hecha de cuarzo, al igual que el
“Cráneo del Destino” de Mitchell-Edges… El aspecto maya de la construcción que
escondía este objeto no deja de ser inquietante. ¿Era realmente maya? ¿O una
construcción de una cultura anterior que más tarde inspiraría a los mayas?
¿Tendrá que algo que ver con la famosa esfera que el buzo francés Henry García
halló en la laguna del apagado volcán Licancabur en Bolivia?
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