CONTACTO ALIENÍGENA. ANÁLISIS PROFUNDO
Qué pasaría si lográramos establecer contacto con extraterrestres? O mejor
aún que pasaría si lograran llegar a la tierra en son de guerra o paz? Estas
preguntas delinean el pensamiento de muchos de nosotros, a algunos nos apasiona
la idea, a otros atemoriza, lo cierto es que un evento de estas características
será capaz de cambiar todo, será un tema del cual todo el mundo hablará, aparte
obviamente de los que siempre hablamos de ellos, será un cambio radical en el
pensamiento y en la vida de todo el planeta, muchas religiones, teorías, y
postulados caerán a pedazos o en su defecto se reinventaran, pero estén seguros
que nada volverá a ser como antes.
Los científicos, a pesar de tratarse de un tema enormemente especulativo,
también han elaborado sus hipótesis y, desde los años ’50 hasta nuestros días,
podemos encontrar docenas de estudios y artículos analizando las posibles
soluciones a una de las paradojas más complejas a las que nos hemos enfrentado: Si el Universo está lleno de vida…
¿Dónde está todo el mundo?
Para Juan Ángel Vaquerizo, astrofísico en el Centro de
Astrobiología CAB-INTA-CSIC y coordinador del proyecto PARTNeR, la clave de la paradoja de Fermi radica en dos aspectos fundamentales:
tiempo y distancias. Acostumbrado a utilizar la antena parabólica de 34 de NASA
situada en Robledo de Chavela para estudiar objetos situados a miles de millones
de años luz de la Tierra, el astrofísico es proclive a pensar que los
encuentros entre civilizaciones son tremendamente difíciles. "La
emergencia de un fenómeno tan complejo como es una inteligencia capaz de
comunicación requiere demasiado tiempo para desarrollarse; en el caso del ser
humano ha llevado prácticamente toda la historia de la Tierra, y su duración es
tan fugaz en términos de edad del Universo, que probablemente nunca encontremos
una civilización extraterrestre. Es muy difícil que dos civilizaciones
avanzadas se solapen en el tiempo y a una distancia que permita el
contacto". Como suele decir Manuel Toharia: "Seguramente existan, pero estamos demasiado aislados".
Las posibilidades son mínimas, sí, pero no iguales a cero. Para
anticiparnos a este remoto caso sería interesante saber de antemano con qué
podríamos encontrarnos. Juan Ángel Vaquerizo nos pone sobre la pista de
la Escala de Kardashov, una clasificación ideada a
mediados de los años sesenta que divide las civilizaciones (en tipo I, II y
III) según su grado de tecnología energética.
LOS VISITANTES INOFENSIVOS O AGRESIVOS
Las civilizaciones de tipo I
habrían alcanzado una tecnología que les permite aprovechar eficientemente toda
la energía de su planeta, las de tipo II podrían usar toda la energía de su
estrella y, finalmente, las civilizaciones tipo III estarían en disposición de
utilizar los recursos de una galaxia entera. Actualmente, el ser humano aún no
ha llegado siquiera al tipo I, y la escala nos sitúa en un modesto 0,73.
Algo que podemos suponer sin
temor a equivocarnos es que, como ocurre en tantas películas de ciencia
ficción, si una civilización extraterrestre es capaz de desplazarse por el
espacio hasta llegar a la Tierra, su nivel tecnológico se situará muy por
encima de nuestro pobre 0.73, por lo que la siguiente pregunta debería ser:
¿qué pueden querer de nosotros?
Miguel Santander, astrofísico en el Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y
reconocido autor de novelas de ciencia ficción, nos describe algunas opciones.
"En la mayoría de obras y películas de ficción los extraterrestres invaden
la Tierra para apropiarse de nuestros recursos, principalmente el agua, pero
resulta muy difícil creer que una civilización tipo III, capaz de aprovechar
los recursos de una galaxia y que además puede desplazarse grandes distancias
en el espacio, necesite algo material de nosotros", aunque añade:
"Pero podría tratarse de una civilización nómada que vaga por el Universo
aprovechando los recursos de planetas que se encuentran por el camino… en este
caso sí deberíamos preocuparnos porque, tanto nosotros como nuestro Sol, seríamos
una especie de gasolinera en su viaje".
Muchos científicos, como la fundadora y exdirectora del proyecto
SETI, Jill Tarter,
consideran que el avance tecnológico de una civilización trae aparejado una
disminución y finalmente un abandono de la violencia, por lo que cuanto más
desarrollada es una sociedad más pacífica se muestra con su entorno y el resto
de especies. El ejemplo, avalado por los datos del psicólogo experimental Steve Pinker, lo podemos encontrar en nuestra propia civilización que, a pesar de las
apariencias y guerras que vivimos, es más pacífica que en otros momentos de su
Historia.
"Sin embargo, es terriblemente antropocéntrico pensar que nuestra
ética y valores sociales son aplicables directamente a cualquier lugar del
Universo", explica Santander. "No sabemos qué ha guiado la evolución
moral de otras posibles especies en otros planetas, ni siquiera podemos
asegurar que tengan algo remotamente parecido a lo que nosotros consideramos
lógico", añade. El astrofísico se refiere a Solaris, obra de
ciencia ficción filosófica del legendario Stanislaw Lem, en la que la
inteligencia no ha emergido en un soporte corporal sino en un planeta ente.
Otra de las corrientes en este campo es la posibilidad de que esas
civilizaciones simplemente nos están evitando. Hace un tiempo atras, el
astrofísico Duncan H. Forgan de la Universidad escocesa de Saint Andrew, ha publicado un estudio explorando la Hipótesis del Zoológico como respuesta a la paradoja
de Fermi.
Esta solución propone que una civilización tecnológicamente avanzada
evitaría deliberadamente un contacto con la Tierra atendiendo al principio de
"no intervención". Miguel Santander recuerda que en Star Trek, una saga de mas de 50 años que en muchos aspectos ha sido visionaria y
adelantada a su tiempo, existía una férrea disposición de no inmiscuirse en los
asuntos de especies y planetas que aún no habían alcanzado un cierto nivel de
desarrollo tecnológico. "Es algo que en la astrobiología actual también se
toma muy en serio: recuerda que cada vez que enviamos una sonda a la superficie
de Marte, la esterilizamos a fondo y ponemos mucho cuidado para no interferir
con el entorno y las condiciones de ese planeta".
UN RIESGO QUE CORREMOS AL CONTACTAR CON OTRA ESPECIE
Por supuesto esta hipótesis de estar vigilados, aunque no interferidos,
también tiene sus inconvenientes. En la novela de ciencia ficción El juego de Ender se lanza un ataque
preventivo contra un planeta para destruir una civilización a la que se
considera una amenaza". "La hipótesis del Zoo implica que nos siguen
la pista, observan nuestras evoluciones tecnológicas y quizá si nuestro
desarrollo futuro les indica que podemos llegar a ser un peligro, entonces
aparezcan con no muy buenas intenciones", agrega.
"Como seres humanos somos
curiosos por naturaleza. Nos sentimos parte del Universo y por tanto intentamos
conocer sus fenómenos como la vida o la inteligencia también aparecen en otras
partes" afirma Vaquerizo, que añade: "La búsqueda de inteligencia es
consustancial a nuestra propia existencia, y sólo nos separan de ella las
gigantescas distancias a las que nos enfrentamos"
Por supuesto, la relación presa-depredador es
algo presente también en nuestra naturaleza, por lo que siempre supondrá un
riesgo cualquier encuentro con una especie más inteligente dotada además con
mejores armas. Porque "incluso si se trata simplemente de visitantes
espaciales curiosos, algo nada descartable si tenemos en cuenta
los propios planes recreativos en el futuro del turismo espacial, también
conlleva sus riesgos… piensen en depredador y
sus safaris en busca de trofeos de caza"
A pesar de todas las ventajas
culturales, de conocimiento y tecnología que nos pueda ofrecer el contacto con
una civilización avanzada, muchos siguen pensando que es mejor no mostrarse
abiertamente y continuar siendo inadvertidos. Al fin y al cabo, hasta ahora nos
ha ido bien.
Aunque tal vez ya sea demasiado tarde para pasar desapercibidos puesto que
en estos momentos viajan por el espacio las dos sondas Voyager llevando a bordo
sendos discos de oro que contienen saludos a
sus posibles receptores, un buen resumen de nuestra historia y tecnología, así
como detalladas instrucciones para localizarnos… un bonito gesto por nuestra
parte, tan poético como quizá imprudente.
No obstante no parece ser un
problema que tengamos que solucionar nosotros. "Las enormes distancias a
las que tenemos que enfrentarnos hacen que nuestras emisiones de radio tarden
mucho tiempo en alcanzar incluso los destinos más próximos". "Sólo
nuestra galaxia tiene un diámetro aproximado de 100.000 años luz; cualquier
señal que enviemos o hayamos enviado tardará tanto en llegar a la civilización
más próxima que, entre ida y vuelta, es seguro que ya no estaremos aquí… si
alguna vez estamos en riesgo por las señales que enviamos, será un problema que
habremos creado nosotros, pero definitivamente tendrán que resolverlo las
futuras generaciones".
Existen tantas cosas
apasionantes en la vida que no sabemos hacia dónde dirigir nuestro interés y
aspiración, no obstante uno de los temas más apasionantes fue, es y será el
contacto con extraterrestres, las teorías sobre la visita de alienígenas en el
pasado presente y futuro de la tierra están por todas partes, y muchas de esas
teorías tienen incontables respaldos, solo tenemos que echar un vistazo al
legado de antiguas civilizaciones, por mas de que muchos nieguen que existen
mensajes encriptados que nos cuesta identificar como lógicas, hemos de aceptar
que los indicios que atañen o refieren a visitantes de otros mundos son
numerables e ingeniosos.
Es cierto que el tema ovni y
todo lo que lo abarca está muy manoseado hoy en dia, pero el hecho de que
existen evidencias antiguas legítimas no es meramente un producto del
amarillismo conspirativo, ya que si todo fuera producto del amarillismo humano,
entonces estamos aplicando esta técnica desde tiempos milenarios, y eso no es
nada lógico. Es cierto también que no todo tiene explicación y debemos entender
que así siempre han sido las cosas, pero en definitiva, que es más probable
estadísticamente, la visita de extraterrestres de otros mundos a la tierra en
cualquier momento de su existencia o su presencia inexistente, estoy seguro que
tanto una como otra no tiene un 100% de probabilidad. Que les parece? Creen que
si somos visitados de manera oficial estaremos fritos? O tal vez seria
ayudados?
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